A lo largo de nuestra vida, las emociones juegan un papel muy importante, nos ayudan en nuestra toma de decisiones a la hora de autorregular nuestra conducta en relación con los demás. Por otro lado, la educación emocional adecuada es básica para un proceso educativo de calidad. Emociones y aprendizaje son aspectos estrechamente ligados entre sí, el reto a nivel educativo es saber desarrollar correctamente este aspecto y formar alumnos capaces de respetar las diferencias y los derechos de los demás.
Muchos docentes, no saben cómo hacerlo y además nunca se ha considerado parte de la tarea educativa, sin embargo, la sociedad demanda del individuo estas cualidades y observa su estrecha relación con el bienestar personal y social.
Basándonos en Vergara (1997), podemos señalar que tener un alto cociente emocional es por lo menos tan importante o más que tener un buen cociente intelectual. Un estudio tras otro demuestra que los niños con capacidades en el campo de la inteligencia emocional son más felices, más confiados, tienen más éxito en la escuela y además estas capacidades se mantienen a lo largo de su vida ayudándoles a tener éxito en su vida laboral, afectiva y personal.
Las dimensiones emocionales (inteligencia emocional) son educables; la acción educativa ha de ser continuada y parecerse más a un entrenamiento. Debe orientarse a integrar las dimensiones cognitiva, emocional y conductual.
El principal artífice del proceso educativo en este ámbito es el propio alumno, ya que se trata de ahondar en el propio conocimiento y en el uso de ese conocimiento personal de cara a un funcionamiento social. Individuo y grupo se influyen mutuamente y un cambio en una de las partes afectará a la otra.
Por tanto, la educación emocional se debe trabajar durante todos los cursos, si no se implica toda la comunidad educativa, no surtirá el mismo efecto en los alumnos. Se percibe, según diferentes estudios, que en aquellas clases en las que se trabajan las emociones, mejoran el clima de aula, los niños están más centrados, se respetan más y trabajan más unidos.
La existencia de conflictos en el ámbito escolar provoca una especial preocupación en la comunidad educativa y en la sociedad en general, y exige una respuesta adecuada por parte de los poderes públicos. Esta preocupación viene a reafirmar la profunda convicción de que la educación, en un sistema democrático, debe inculcar a los alumnos que el desarrollo de los derechos propios debe ir acompañado ineludiblemente del cumplimiento de los deberes hacia los demás, del respeto y conocimiento de nuestras emociones.
Dicho esto, me gustaría que la educación emocional formase parte de nuestras aulas. Para que un alumno/a consiga desarrollarse plenamente, es imprescindible que lleve a cabo un desarrollo tanto cognitivo como emocional. Además, trabajando las emociones, conseguimos un mejor clima en el aula, un mayor clima de unión y nos hace mejorar como profesionales, a la vez que ayudamos a nuestros alumnos/as. Está claro, que trabajar las emociones en nuestras aulas requiere un cambio, y como todo cambio, esto supone un gran esfuerzo, pero la verdad es que merece la pena, es muy importante que se cuente con la implicación de toda la comunidad educativa.
A continuación añado una lista de libros para trabajar la Inteligencia emocional en el Aula:
El emocionario, de Cristina Nuñez y Rafael Romero, Editorial Palabras Aladas. Es un libro muy sencillo, presenta un itinerario a través de las distintas emociones que tenemos cualquier ser humano. Lleno de ilustraciones muy llamativas y con un texto sobre cada emoción que te invita a la reflexión. Es compatible con cualquier programa emocional, y además dispone de sus propias fichas descargables.
El monstruo de los colores, de Ana Llenas, Editorial Flamboyant. El libro trata de un monstruo que se ha hecho un lío con las emociones y deberá aprender a poner en orden la alegría, la tristeza, la rabia, el miedo y la calma. Es un álbum ilustrado y gracias a sus expresivas ilustraciones permite a los niños identificar con facilidad las distintas emociones que se viven durante el día. Aquí tenéis acceso para ver el videocuento.
Cuentos para educar con inteligencia emocional, de Clara Peñalver y Sara Sánchez, Editorial Beascoa. Libro enfocado a los niños más pequeños con un lenguaje cercano y sencillo. Es un manual perfecto para comprender y gestionar las dudas que generan en nosotros las diferentes emociones.
Paula y su cabello multicolor, de Carmen Parets Luque. Es un cuento que trabaja las emociones más básicas: alegría, tristeza, enfado y miedo. Este libro te permite descubrir cómo a Paula le cambia de color del pelo según la emoción que sienta, a través de las transformaciones en el pelo de Paula vamos visualmente dando nombre a las emociones que sentimos. A partir de hacernos preguntas como ¿Qué nos provoca esa emoción?, ¿Qué nos hace sentir? y ¿Qué debemos hacer? vamos proporcionando respuestas y soluciones para cada tipo de emoción. Aquí tenéis acceso al videocuento.